In Bacteriology, Hospital aquired infections

Habita en todos los intestinos humanos, pero puede ser peligrosa para pacientes con sistema inmune deprimido: la bacteria Clostridium difficile. Está cada vez más extendida en hospitales. ¿Que la hace tan eficaz?

Clostridium difficile puede ser inofensiva. Forma parte de la flora intestinal. Es en ambientes como éste que puede ser peligrosa: un paciente ingresado en el hospital ha recibido antibióticos. Su número de bacterias intestinales “buenas” se ha reducido drásticamente, lo que favorece la multiplicación rápida de Clostridium difficile. El intestino grueso del paciente se inflama, ocasionándole una diarrea que puede incluso poner en peligro su vida. El objetivo del “Clostridium difficile Awareness Month”* es prevenir sobre los riesgos.

Una de las cepas es especialmente taimada

Clostridium difficile es una bacteria que, tal como se explica en la revista médica, “se ha especializado genéticamente en la supervivencia en hospitales”. Y sobre todo una de sus cepas: Clade A.

Su principal ventaja es que se multiplica más rápidamente en el intestino de pacientes a los que se han administrado antibióticos. Clase A es más eficaz a la hora de metabolizar glucosa. Los autores del estudio señalan la importancia de tener en cuenta este factor en la dieta de los pacientes. Clade A forma además esporas más resistentes que las de otras cepas de C. difficile.

Estrategias contra Clostridium difficile

En aproximadamente el 20 % de pacientes, los síntomas desaparecen cuando dejan de tomar antibióticos. En el 80 % es necesario administrar antibióticos. Otra medida importante es aislar a las personas infectadas. Las esporas son excretadas con las heces y contaminan superficies. También esta presente en el aire. Las esporas son resitentes a altas temperaturas, deshidratación y desinfectantes. Diversos estudios han demostrado la presencia de cepas tóxicas de Clostridium en 1 de cada 7 salas de urgencias.

¿Qué ayuda a proteger a los pacientes?

La lucha contra Clostridium difficile se desarrolla en dos frentes. En primer lugar está la prevención, seguido de medidas adecuadas en casos de infección.

La información y una higiene correcta frenan la proliferación de la bacteria. Los pacientes y el personal de los hospitales deben conocer las vías de transmisión y aplicar medidas de higiene adecuadas (lavado de manos, limpieza de WC compartidos, etc.). Aquí pueden consultarse 10 consejos para la prevención.

El diagnóstico en 2 pasos

Cuando se sospeche una infección, un diagnóstico rápido y seguro es la clave. R-Biopharm ofrece kits de ensayo para los diversos entornos y procedimientos (pruebas rápidas, ELISA, PCR).

Una de las posibilidades es mediante la detección de la presencia de la encima glutamato-deshidrogenasa (GDH) específica de Clostridium-difficile. Este método es rápido y sensible, pero no lo suficientemente específico porque detecta también cepas no toxigénicas.

La opción más eficaz en este caso es un diagnóstico de dos pasos: si el resultado del test GDH es positivo, se realiza una prueba de detección específica de las toxinas A y B. En cambio, un resultado negativo del test GDH permite excluir con toda probabilidad una infección con Clostridium difficile.

R-Biopharm dispone de numerosas soluciones para una detección fiable.

* La idea nace en los EE. UU., donde se lleva un registro minucioso de las cifras de infecciones y fallecimientos. El organismo norteamericano “US Centers for Disease Control and Prevention (CDC)” recopila datos e informa a los establecimientos sanitarios sobre los riesgos.

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