Las infecciones de transmisión sexual (ITS) se transmiten principalmente a través de las relaciones sexuales y se sabe que las causan más de 30 patógenos diferentes, incluidos virus, bacterias y parásitos. La sangre contaminada o la lactancia pueden ser fuentes de estas infecciones no transmitidas por vía sexual.
Las infecciones con mayor incidencia que pueden curarse actualmente son sífilis, gonorrea (Neisseria gonorrhoeae), clamidia (Chlamydia trachomatis) y tricomoniasis (Trichomonas vaginalis). Según las estimaciones, cada año se producen 357 millones de infecciones nuevas con una de las cuatro infecciones transmitidas sexualmente.
Además, se cuentan en el mundo más de 1 millón de ITS contraídas nuevas. Sin la prevención adecuada, los patógenos pueden diseminarse fácilmente y también puede producirse transmisión de madre a hijo. La situación es compleja también por el hecho de que la mayor parte de las ITS no causan síntomas claros o causan solo síntomas leves, lo cual no se reconoce como infección transmitida sexualmente. Esta característica aumenta el riesgo de contagiar la infección a personas no infectadas.
Síntomas y tratamiento de las ITS
Los síntomas típicos pueden incluir secreción vaginal/uretral, úlceras genitales y dolor abdominal. A pesar de que las infecciones pueden ser asintomáticas, las ITS pueden tener consecuencias muy graves, como infertilidad, dolor crónico o incluso la muerte. Asimismo, las ITS pueden afectar al recién nacido si se contraen antes o durante el parto.
Las cuatro ITS curables, sífilis, gonorrea, clamidia y tricomoniasis, se tratan con varios antibióticos, en ocasiones combinados. Esto ha provocado el desarrollo de resistencias a fármacos, especialmente en el caso de la gonorrea. Las infecciones por gonorrea también pueden producirse en combinación con clamidia.
Las resistencias a fármacos complican el tratamiento de las ITS y representan una amenaza para combatir las infecciones nuevas en todo el mundo. Para prevenir con éxito las infecciones nuevas, así como la transmisión de ITS, y para mejorar los resultados de los tratamientos, se necesita una identificación rápida y correcta de los patógenos.
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